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viernes, 28 de septiembre de 2018

En la alberca parte 2

. ... Logan

No se avergonzaba de ser escritor, él escribía sobre romances variados, pero no todos lo tomaban en serio cuando les decía a qué se dedicaba. Era claro que Ben estaba interesado en él y no quería que eso cambiara y tenía miedo que se burlara de él. Logan, lo había visto un par de ocasiones en los bares que iba, esmerandose en no ser visto. Siempre estuvo interesado en su atractivo vecino desde hacía más o menos año y medio que fue cuando Ben se había ido a vivir a esa casa.

No sabía qué hacer o qué decir para evitar que él no perdiera el interés; sin embargo, respiró profundo y decidió ser honesto y se aventuró a decir la verdad. 


—Escribo.

Fue lo único que dijo. 


Benedict

Ben espero a que sea más específico o que le contara más sobre lo que hacía pero al ver que Logan no decía nada más y lo único que hacía era morderse esos deliciosos labios rojos, rojos como fresas, se dio cuenta que algo no quería decirle.

«Fresas… tengo hambre», su mente divagaba por un instante, luego se concentró en la conversación.

— ¿Qué escribes? —instó a Logan a que contará más.

—Realmente —suspiro al parecer rendido a tener que responder— son historias que subo al internet; ya sabes, cosas para pasar el rato. Pero en sí trabajo desde casa para una compañía que me solicita que resuelva encuestas; todo desde casa es más fácil. Gano dinero y tengo tiempo libre —añadió sonriente—. Al menos tengo para mis gastos. 

Ben sonrió. 

Él se dio cuenta que Logan hablaba sin parar cuando estaba nervioso y eso era adorable, lo deseaba ahora más que nunca. Durante un buen tiempo lo había estado observando y recordó la primera vez que lo vio y quedó impresionado con él. 

Por un momento su mente divagaba por el tiempo hacia esa primera vez que se cruzaron. 

Logan era un joven de un metro setenta, más o menos. Delgado pero cuando lo veía en pantalones y camisas cortas se daba cuenta que no era de esos chicos delgaduchos todo huesos, sino más bien era de los que se veían firmes y con carne. Se había dado cuenta que era muy tímido pero a pesar de eso, siempre lo vio sonriendo, aunque nunca se habían saludado en la calle ambos compartieron miradas lejanas.

Ben sabía que él lo observaba cuando pensaba que no prestaba atención, algo totalmente falso porque Ben siempre estaba atento a su vecino mirándolo también de lejos o a escondidas, como cuando lo encontraba en el bar. En esos momentos, sabía que Logan se escondía para observarlo sin ser visto y eso mismo hacía Ben cuando él no lo notaba, le gustaba ver cómo interactuaba y como se desenvolvía con sus amigos deseándolo un poco más a cada instante. Pero algo le decía que aún no podía abordarlo. Al menos no hasta el día de hoy.

—Vamos Logan únete a mí. —Lo animó al notar que ambos estaban perdidos en sus propios pensamientos—. Hoy es un día fresco y el agua está templada. —intentó alentarlo a que se le una. 

—No puedo… no tengo el traje adecuado. —Ben vio la duda en él, sabía que aceptaría cuando añadió—. Tendría que irme a poner algo más acorde… —sugirió y sonrió.

« ¡Bingo acepto!», gritó feliz en su interior.

—Te estaré esperando, no demores. — Sin decir nada más le dio la espalda, cerró los ojos  y esperó a escuchar la puerta de la cerca cerrarse para después suceder lo mismo con la de la casa de Logan. 

Espero un momento prudente y abrió los ojos. Logan ya no estaba, ahora solo tenía que esperar a que regresara y cuando lo hiciera, el chico jamás se volvería a ir de nuevo.


Logan

Pocos minutos después, Logan regresaba bastante ansioso y agitado por la expectativa de pasar la tarde al lado del hombre que le solía quitar el sueño regresó al patio de su vecino que lo estaba esperando en el agua. Vestido ahora con un pantalón corto, una camiseta sin mangas y descalzo, vio como Ben le sonreía al verlo y le hacía otra señal para que se acercara. Logan se detuvo nuevamente al borde de la piscina y lo miró ansioso mientras era observado abiertamente. Sentía que su vecino estaba dibujando con su mirada todo su cuerpo y eso lo estaba volviendo loco.

Dio un pequeño brinco cuando Ben con su mano jaló agua a los pies de Logan rociando despacio a modo de lavarlo, tuvo que morderse la lengua para evitar jadear fuerte debido al estremecimiento que sentía cuando el agua chocaba su piel. Estaba seguro que su vecino lo había notado ya que la sonrisa pícara que mostró en su rostro y su lánguido actuar continuaba ahora con más ahínco, no dejaba de mojarlo desde sus pies y hasta sus tobillos. 

—Siéntate —demandó Benedict y Logan que ahora tenía la piel erizada lo obedeció casi sin demora y lo quedó mirando expectante. 

No sabía bien porqué estaba ahí con él pero en ese momento no le importaba que debiera estar escribiendo en su casa. No le importó que tuviera una semana de retraso para presentar una nueva historia a pesar de que sabía que sus fans pronto comenzarían a enviarle correos preguntándole que pasaba. 

Todo eso quedó en el olvido cuando Ben siguió mojando su piel ahora hasta más arriba de las rodillas, no pudo evitar estremecerse de placer, Logan era muy sensible y hasta ahora que se daba cuenta de ello.

—Quítate la camiseta. —Ordenó Benedict y otra vez Logan lo obedeció en el acto.


Benedict

Maravillado vio cómo tranquilamente Logan se quitó la camiseta y la dejaba a un lado. Ben no pudo evitar sonreír y antes que su sumiso vecino pudiera reaccionar ya lo había jalado al agua haciendo que ambos se hundieron en ella. 

Sin embargo, algo no andaba bien. 

Ben rodeo con sus brazos por la cintura de Logan y lo alzó a la superficie mientras veía como su vecino pataleaba y tosía intentando no ahogarse. Si bien no era muy profunda esa parte, era lo suficiente honda como para que Logan estuviera literalmente flotando en ese lado y claramente asustado estaba prácticamente intentando subirse a sus hombros como si fuera un gato asustado.

—Cálmate, no te pasará nada —intentó tranquilizarlo pero Logan se prendió de a sus hombros y lo miró aterrado. Ben maldijo interiormente— ¿no sabes nadar? —preguntó sabiendo ya la respuesta.

Visiblemente avergonzado, Logan lo miró de reojo y sacudió su cabeza indicándole que efectivamente no sabía nadar. Ben se fastidió un poco ante el hecho de que él no lo hubiera comentado de antemano el no saber nadar, ahora comprendía su negativa inicial para unirse con él en el agua. Entendió que Logan no tenía muchas esperanzas de que en algún momento ambos hablarían, mucho menos que lo invitará a que se bañaran en una alberca algo profunda. 

—Lo siento, hubieras dicho que no sabías nadar —se disculpó tontamente Ben, era obvio que ambos tendrían que trabajar en la confianza mutua.

Ben lo ayudó a que fueran hacia el extremo de las gradas en donde el nivel del agua era más bajo y ahí lo soltó para que pudiera sujetarse de los bordes. Así lo hizo y caminó el poco tramo hacia una de las esquinas más próximas y seguras mientras Ben disfrutaba verlo totalmente abochornado.


»continúa...

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