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viernes, 28 de septiembre de 2018

En la alberca parte final

. ... Benedict

Logan estaba con los ojos nublados, la vista perdida y de su boca emitía los más deliciosos sonidos que Ben jamás en su vida había escuchado. En ese momento no le importó nada, ni que lo escucharan ni que estaban prácticamente en un lugar público, ya que en cualquier momento podría pasar algún vecino por ese pasaje que separaba ambas casas. No, no le importaba nada, ni siquiera que estaba tomándolo a pelo. En ese momento solo rogó a Dios que Logan estuviera limpio porque solo Dios sabía que él si lo estaba y que ambos estaban perdidos en el placer de ese mismo momento.

Muchas embestidas, palabras sueltas, gemidos y jadeos de placer se hicieron eternos mientras que Ben sentía que estaba en el cielo. Por momentos besaba y mordisqueaba la espalda de su amante sin perder el ritmo de la jodida. 
Hasta que no pudo más.

—Logan córrete. Hazlo para mí. —Le pidió y fue lo único que pudo decirle cuando de pronto su orgasmo lo sorprendió de golpe sintiéndolo desde la punta de su cabeza hasta la punta de sus pies. 

El clímax le pasó como corriente eléctrica por toda su terminal nerviosa haciéndolo gruñir de placer y gritar al cielo su liberación. A lo lejos pudo escuchar que Logan también llegaba, con un fuerte grito dijo su nombre logrando que se estremeciera aún más mientras la deliciosa sensación lo inundó. Si antes nadie los había descubierto ahora era seguro que ya todo el vecindario sabían lo que estaban haciendo en la alberca; igual no le importó, Logan era suyo y no cabía nada más en ese momento. 

Ben se sentía en el cielo y solo abrazó a Logan por la espalda atrayendo su cara para un profundo beso que fue lento pero demandante. Aún sin salirse de su cuerpo, él estaba disfrutando de los estragos de su fuerte orgasmo y disfrutando la sensación de tener a un Logan que parecía realmente una gelatina en sus brazos. 

Se sintió protector y celoso de cualquiera que antes hubiera tenido el cuerpo de su escritor, él era suyo y no pensaba compartirlo con nadie. 

Para cuando rompió el beso ambos estaban jadeando. Ben retiró su medio erecto miembro del interior de Logan y lo giró para verlo a los ojos, él estaba  sonriéndole como si fuera un gatito satisfecho el cual estaba ronroneando de placer. No, ahora más que nunca no lo dejaría ir, ahora le pertenecía y estaba marcado por él. Vio con satisfacción el cuello de Logan y supo que después tendría muchas marcas que demostrarían lo que le pertenecía.

—Sabes —le dijo a un Logan algo adormilado—, creo que no fuiste el único a quien se le salió el cerebro por el pene. Siento que el mío se empieza a regenerar nuevamente —dijo y soltó una risotada al ver como Logan parpadeo como regresando a la realidad y también sonrió abiertamente.

—Sí, realmente se nos derritió el cerebro —respondió con picardía, pero casi al instante se puso muy serio y en un tono de ruego le dijo— por favor, Ben, dime que estás limpio.

En su mirada denotaba la preocupación por el momento que pasaron, ambos fueron irresponsables pero tenía que tranquilizarlo.

—Lo estoy —afirmó con voz seria— Hace una semana me hice la prueba junto con mis exámenes anuales que me hago para verificar mi salud y estoy limpio. No he estado con nadie desde entonces —no pudo evitar el tono posesivo cuando le pregunto— ¿y tú? 

—Yo… —Claramente Logan se avergonzó pero intentó reponerse, por un momento el alma de Ben se cayó al suelo de la piscina ahogándose en la incertidumbre— no he tenido nada con nadie desde hace algunos meses pero siempre pedía que usaran condón —respondió devolviéndole el alma y haciendo que sonriera—. Mañana mismo me haré la prueba para que te sientas seguro —concluyó y Ben ahora lo miró por un momento serio. 

La gran pregunta apareció en la mente de ambos.

« ¿Qué los hacía distintos a los demás para que se permitieran hacerlo sin protección?”» estaba seguro que ambos pensaron a la vez. 

Ben intentó tragar la bilis que le subió a la garganta de pensar en los anteriores amantes que pudo tener Logan pero inmediatamente dejó ese pensamiento atrás. 

Lo pasado, pasado está y ahora él le pertenecía, porque no lo dejaría irse.

—Te creo y te acompañaré a que te hagas los estudios —aseguró Ben y lo sujetó de la cintura atrayéndolo a su cuerpo. Sintió como Logan se estremeció seguro de placer porque ya se daba cuenta que a él le gustaba lo dominante que era. Ben pudo darse cuenta que eso le hacía sentirse seguro y necesitado a la vez y se asombró cómo podía saberlo con tan poco tiempo de tratarse—. Ahora eres mío y no dejaré que nadie se te acerque. —le dijo y Logan lo miró sonriente. Sí, a él le gustaba que fuera dominante, mierda se había sacado la lotería.

— ¿No quieres conocernos mejor? —Preguntó con picardía en cada palabra y Ben se carcajeó ante el pobre intento de osadía de su amante.

—Te conozco, eres mi vecino y lo que no sepa me lo dirás igual que yo a ti —habló muy seguro que así sería—. Te vengo observando desde que me mudé y solo deseaba tenerte en mis brazos, en mi cama y en mi vida. Ahora que estas aquí, te joderé a cada hora, a cada momento y a cada instante para compensar todo el tiempo que no estuvimos juntos.

Ahora era el momento de que Ben parloteaba y se dio cuenta de que estaba nervioso pero intentó esconderlo a pesar de ver como Logan lo miraba con curiosidad. Después de un momento le sonrió dándole la muestra que aceptaba lo que le decía.

—Siempre me gustaste también —le confesó Logan con una enorme sonrisa—. Aunque jamás tuviera el valor para hablarte.

—Ganaremos todo el tiempo que paso. Tendremos citas si quieres ¡Mierda! te llevaré a cenar todos los días y te bajaré la luna si eso es lo que deseas, pero cada noche estarás en mi cama o yo en la tuya, ya nos lo arreglaremos. Ahora estamos juntos y deseo que siga siendo así.

Ambos rieron y Ben se frotó en Logan demostrándole que lo deseaba nuevamente. 

Este gimió en aprobación y se restregó contra él perdiéndose en un beso lleno de lujuria y placer mientras se exploraban mutuamente. Cuando necesitaron por fin oxígeno a regañadientes se separaron solo lo suficiente para mirarse a los ojos.

— ¿Me enseñaras a nadar? —preguntó Logan sonriendo.

— ¿Me enseñaras tus libros? —contraatacó Ben con la sonrisa más amplia.

—Solo si te gusta la fantasía y ciencia ficción, también tengo libros de romance gay —Logan le dio una sonrisa pícara y luego añadió—. Me gustaría hacer realidad algunas de las fantasías que escribí en ellos.
Ben gruño en aceptación y le mordió los labios.

—Te prometo que las cumpliremos todas una vez que las lea y tendrás que preparar ese delicioso culo tuyo porque le daré tanto placer que pedirás tiempo libre.

Con gran satisfacción vio y escuchó como Logan rió fuerte por las palabras que le dijo. Era obvio que estaba cómodo con la actitud dominante que le demostraba ¡y no habían pasado ni un par de horas desde que hablaron! Ambos estaban locos, locos pero claramente felices.

—Te diré algo —le habló Logan tomando la longitud de Ben entre sus manos y acariciándola lentamente— ya me cumpliste dos. Ahora cumplirás una tercera y el resto de las demás las cumplirás en el transcurso de nuestras vidas.

Cuales fueron esas dos exactamente y sin poder meditar mucho sobre cumplirlas el resto en el transcurso de sus vidas, se quedó en blanco al ver a Logan desaparecer bajo el agua sin decir nada más. A Ben se le cruzaron los ojos y su lengua se fue tras su garganta al sentir la deliciosa boca tragarse su miembro hasta la raíz. Este chico lo iba a matar, pero que dulce muerte recibiría. 

Ya sentía que lo amaba.


Fin

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