Buscar este blog

Safe Creative©

©Todos los derechos reservados.

jueves, 31 de mayo de 2018

El intenso día de Alexander - Capítulo final

En los terrenos del Alfa Marshall 


Alexander al fin llegó a los terrenos de la casa del alfa Marshall. Desde su auto pudo ver a mucha gente, entre desconocida y conocida aun así no se detuvo. No podía ver ni oler a ningún vampiro cerca. 

«Quizás ya se hubieran ido.» pensó. 

Justo en el preciso momento en que había llegado al prado y todavía con la idea de los vampiros en su cabeza, pudo ver a lo lejos a un hermoso joven. Su manera de vestir le llamó la atención, sumado a las joyas que llevaba puesta, hacía que se viera como una estrella incandescente. Brillaba ya de por sí y era como si le hiciera señales para que se acercara, aunque aún estaba lejos, él podía verlo con suma claridad. 

Toda su atención se posó en aquel que despertó todos sus sentidos de una forma que lo paralizó en su asiento. 

Espero un momento, al ver hacia donde se dirigía aquel hermoso joven. Sonriendo, estacionó su vehículo a una distancia prudente y mientras decidía si iba primero saludar a su Padre o iba en búsqueda de su nueva presa, sonó su celular nuevamente. Lex algo ausente sin quitar la vista de aquel hermoso hombre contestó sabiendo quien era. 

—Padre —respondió con voz gruesa y ronca. 

— ¿Qué te entretuvo tanto como para que no estés en el duelo a tiempo? —Preguntó el anciano sabiendo cual sería la respuesta. 

—Una hermosa hembra en un convertible verde —contestó con arrogancia y sonriendo al recordar el encuentro fugaz—, pero ya estoy en los terrenos de la manada. En un momento más entro, por ahí vi a Devon pero estaba… entretenido conversando con un tipo ¿ya me contaras que fue lo pasó? —En todo momento no dejó de ver al joven mientras hablaba. 

—Ese tipo era su pareja —confesó Luxor, revelando la razón por la cual le había dicho que viniera al duelo. 

— ¿Su pareja? ¿Un él y no una ella? Mira que tal noticia —dijo realmente asombrado— pero ¿cómo que, era? ¿Perdió el duelo? —Preguntó ahora un tanto interesado en los detalles, entendiendo que el duelo era en razón a esa unión. 

—No, su pareja ganó. Es una larga historia. Imaginó que has encontrado algo que te entretenga para que no estés ya aquí hablando en persona conmigo, ¿cierto? —el anciano le dijo con clara malicia en su voz. Lex se rio pero quedó callado en cuanto escuchó lo que su padre añadió— Aarón salió muy mal herido. Tassha lo atacó, no demores. 

— ¡Aarón! —Exclamó preocupado— ¿qué paso? ¿Está bien el cachorro? y ¿Por qué Tassha lo atacó a él y no a la pareja de Devon? 

—Ahora está regenerándose al lado de su pareja y de su familia. Ronald y Marshall están con ellos. A Cassandra la vi que también fue a darles el encuentro. No demores y te contaré todo cuando estés ante mí —habló serio el anciano. 

— ¿Pareja? ¿Aarón? ¿El cachorro? Sí que han pasado muchas cosas. 

—No te puedes ni imaginar, has rápido lo que tengas que hacer. 

Después de una breve despedida colgaron. 

Alexander miró a la razón de su demora y no le costó mucho decidirse quedar donde estaba y salió del auto para acercarse al río. Al llegar al borde se escondió en los matorrales, asechando a su presa como el depredador que era. 

Al verlo que con soltura y libertad estaba ante sus ojos un placer que jamás había sentido le recorrió todo el cuerpo. Aquel era la criatura más hermosa que habían visto sus ojos; olfateó el ambiente, y un delicioso aroma a lujuria, vainilla, joyas y seda le llegó a sus sentidos haciendo que sus deseos vibraran en ansias por probar aquella fragilidad que aparentemente se mostraba descuidada en la orilla. Ese chico le despertaba el morbo en un instante, al punto de que le era sumamente incomodo el pantalón. 

Lex intentaba descubrir que criatura era. 

Sabía por su padre que en el lugar había vampiros, eso fue una de las pocas cosas que le dijo, pero aún no podía oler a ningún no muerto y eso lo desubicó un poco. Sin embargo, ahora su atención estaba en aquel joven que ante sus ojos se desvestía con total desinhibición como si le estuviera dando una presentación privada. 

De inmediato se imaginó como se vería sobre un escenario bailándole sucio solo para él, mientras el resto gruñía de cólera al ver que aquel baile era destinado a él en exclusiva. Aquel pensamiento lo hizo sentir al rojo vivo. No le quitaba la vista, absorbiendo la forma en cómo quedaba desnudo ante él y poco a poco iba adentrándose en aquellas aguas que comenzaba a lamer su hermosa piel expuesta. Lex ya se estaba desvistiéndose cuando aquel hermoso joven estaba totalmente sumergido en el agua y nadaba. Alexander se asombró de la capacidad para soportar sin respirar por tanto tiempo bajo el agua cuando se sumergía. 

Una oleada de anticipación lo recorrió al pensar en poner un lindo amarre a su garganta, mientras lo poseía y lo escuchaba jadear por aire. Quizás podría descubrir que tanta resistencia tenía. Para cuando ya estaba en el agua, con un rápido movimiento, atrapó el cuerpo ajeno en sus brazos quedando frente a frente a su presa haciendo que su cabeza saliera del agua. 

Lo miró con hambre y una sed que lo estaba deshidratando. 

— ¿Qué hace un cervatillo como tú, expuesto a que cualquier lobo pueda cazarte? 

Una sonrisa cruzó por el rostro del hombre lobo al darse cuenta de que aquel joven no era tan delicado ni sumiso como aparentaba. Podía olerlo, podía sentir su fuerza y vigor como nunca había encontrado en ningún ser antes, su lobo aullaba de ansiedad y felicidad al saber que ese día aún no había terminado. Al parecer encontró por fin a alguien que pudiera ser capaz de resistir y soportar todos sus deseos. 

Eso era cierto, ya que quien estaba en sus brazos era nada más y nada menos que un vampiro; sin embargo, esa historia es precisamente eso, otra historia en la intensa vida de Alexander. 



Continúa en el juego de rol… 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario